El cambio organizacional es un proceso estratégico que inicia con la gestión en las personas, su adherencia, aceptación y adaptación a las iniciativas de cambio.
Muchas veces se cree, que el cambio se hace implementando una nueva tecnología o creando nuevos productos, sin embargo, es necesario involucrar a las personas antes de llevar a cabo un nuevo proyecto.
Charles Fishman, propone en sus 10 leyes para el cambio, que un requisito que un proceso de cambio sea exitoso, es lograr que los participantes del mismo, se conviertan en agentes del cambio.
Es por esto indispensable, diseñar un plan de cambio organizacional, comunicar a las personas la necesidad del cambio y como pueden ellas participar en el.
Así mismo, la organización debe propender lograr atraer de manera orgánica y natural a las personas dentro dicho proyecto de cambio.
Entre las principales tácticas para el cambio organizacional propuestas por Anthony J. Robbins, se encuentra la de “participación”, la cual propone involucrar a las personas que estarán afectadas por el cambio y se les da la potestad de implementarlo.
Las personas a quienes se les da participación en el proyecto de transformación, pondrán menos resistencia al cambio y mayor disposición para realizar las acciones necesarias para lograr los objetivos.
En este proceso de cambio, es esencial la comunicación como factor clave para el logro de los objetivos, ya sean, aquellos macro o los puntuales de un proyecto.
Comunicar en este sentido, significa que desde nace la idea de cambio, hasta el proyecto finaliza, se informa a través de los medios disponibles sobre todo el proceso a los colaboradores.
Este proceso de comunicación implica decir el que, el porqué, el para qué y lo más importante el cómo, como se logrará ese cambio con la participación de todos.
El Gerente o líder, es también pieza importante, puesto que es el que se encarga de liderar el proyecto en su equipo de trabajo, así como comunicar amplia y constantemente el estado del proyecto de cambio.
Por otra parte, el líder, debe identificar en la primera etapa del cambio, las fuerzas a favor y las fuerzas en contra.
Las fuerzas a favor deben ser aprovechadas para potencializar e impulsar el cambio. Las fuerzas en contra deben ser transformadas en oportunidades y fortalezas en este proceso.
Al igual que un plan de marketing, que busca posicionar una marca o producto, se debe diseñar un plan para posicionar las ideas y razones del cambio.
Aunque la transformación en las organizacionales, no siempre traen momentos de comodidad para todos, es clave implantar el mensaje de que el cambio es salir de la zona de confort para avanzar hacia algo mejor.
Si necesitas saber más sobre como diseñar e implementar un proyecto de cambio organizacional, contáctanos para asesorarte.